Derecho… o de lado?

Hace unos días una amiga cercana, instigada por mi, proponía desde una de las plataformas sociales, tan necesarias hoy día, una suerte de debate, esto es, microposts de los interesados, sobre un tema algo extraño: https://plus.google.com/u/0/103284345059607918783/posts/5wkrbG2vwFf.

Obviamente la respuesta tanto en número de personas, como el interés despertado fue pequeño.

Esperar que algo tan ajeno a la vida diaria llame la atención y nos provoque a decir algo más o menos coherente, supongo que puede ser pedir demasiado.

Lo menos importante, obviamente era el tema en sí. Ni siquiera la complejidad del mismo era excesiva. 

En este 2.0 que nos envuelve cualquiera -dicho con todo respeto siempre, pero con todo la mordacidad que me permite un blog- cualquiera, repito, dice lo que piensa, copia y pega, traduce desde el hindi, o como fuera necesario, para decir y estar a la última tratándose de branding, social media, marketing, emarketing, esourcing…, Habréis observado en general, como las titulaciones y grados en empresariales y ciencias micro y macro económicas han aumentado rápidamente y con mucho provecho. Basta mirar el timeline de cualquiera de nosotros en Twitter o Facebook -menciono estas redes porqué no son profesionales-. Y eso está bien. La economia a pequeña y gran escala nos envuelve. Los emprendedores serán los amos del juego.

Sin embargo, esas empresas sobre las que todos hablan, (que tanto provecho proporcionaran y que no serán llevadas a cabo por un porcentaje reseñable de los que opinan sobre asunto) y nosotros mismos como personas estamos inmersos en un mar de otra naturaleza, también en 2.0. Un mar jurídico.

Desde que abrimos una cuenta de email, accedemos a una red social, posteamos en cualquier blog,  etc, estamos suscribiendo contratos, aceptado obligaciones, asumiendo clasulas generales de contratación, aceptando la competencia de tribunales de tal o cual sitio, permitiendo intromisiones en la privacidad (tan de moda hoy como tema), etc.

Sobre eso, poco se escribe, menos se dice. Los comentarios, imprescindibles. Es para especialistas, última excusa.

¿Será que se confían en consultores ‘externos’, que no actúan en redes, ajenos a ellas?. ¿Será que se piensa que el 2.0 no esta reglado?

Las reglas del juego están ahí. Es preferible conocerlas.

La ignorancia de las leyes no exime de su cumplimiento. La ignorancia, tan osada…