Solsticio, Saturnales y Navidades…

En realidad hemos inventado pocas cosas. De hecho algunas muy habituales, ni siquiera sabemos cual fue su origen.

Estos días estamos inmersos (en el ámbito más o menos cristiano) en el ámbito de la Navidad. Pero, ¿como empezó todo? Seguramente la respuesta os sorprendería. ¿Refrescamos memoria?

Los romanos, desde el siglo VI a. C. ya celebraban durante el solsticio de invierno una de sus fiestas más relevantes, las Saturnales, en honor de Saturno, divinidad agrícola protectora de sembrados y garante de cosechas. En esencia se trataba de conmemorar la memoria de este dios su papel como señor del universo en la mítica Edad de Oro, cuando dioses y hombres convivían en libertad y gozosa armonía en una naturaleza de infinita generosidad.

Se le erigió un templo en el Foro, al pie del Capitolio, que sería depositario del Tesoro Público (la Hacienda, para que daremos más vueltas). Allí la estatua imponente de este dios barbudo, que blandía una hoz en la mano, sufría sin embargo un cautiverio… particular, pues una cinta de lana, a modo de grillete, rodeaba el pedestal de la estatua para impedir que abandonase Roma y la privase de su buena sombra. Sólo al llegar las Saturnales quedaba libre de las ligaduras.

Al decir del escritor Macrobio (ss. IV-V d. C.), esta liberación simbolizaba la irrupción hacia la luz de la vida humana después de diez meses de gestación (decembris era el décimo mes en el calendario de Rómulo –primer rey de Roma- y diez meses duraba el embarazo en cómputo inclusivo, período en que la simiente había permanecido sujeta por las suaves cadenas de la naturaleza. Simbolismo humano o agrícola, lo cierto es que el dios merecía moverse a sus anchas en los días a él consagrados.

Hasta la dictadura de Julio César (s. I a.C), la fiesta se celebraba el 17 de diciembre, día en que los senadores y los caballeros romanos, con sus togas ceremoniales, ofrendaban al dios un gran sacrificio, seguido, como era costumbre, de un banquete público que culminaba con el grito de Io Saturnalia. Pero prolongó las Saturnales hasta el día 19. Siguieron su ejemplo Augusto y Calígula (s. I. d.C.), que añadieron sendos días, y Domiciano (s. II d. C.) cerró la ampliación el día 23 de diciembre.

A principios del s. II d. C. las Saturnales duraban una semana completa, consagrada especialmente al regocijo y la convivencia. Durante este tiempo se suspendían numerosas actividades públicas: la escuela, el Senado y los tribunales de justicia interrumpían sus funciones; se liberaba a los prisioneros, que agradecidos depositaban las cadenas en el templo de Saturno; y hasta se aplazaba la ejecución de las penas capitales.

Los romanos intercambiaban regalos y visitaban a amigos y familiares. Eran fiestas de excepcional permisividad, pues actitudes prohibidas o inusitadas durante el resto del año recibían licencia en las Saturnales. Se suspendía, la ley, severísima, contra los juegos de azar, y los romanos veían crecer o mermar su patrimonio en el juego de los dados, las tabas y la lotería.

Pero nada más llamativo (y carnavalesco) que el protagonismo que adquirían los esclavos. Durante estos días vestían las ropas de sus señores, que les servían en la mesa, mientras ellos despotricaban contra sus dueños sin temor a castigo.

Esta inversión de la jerarquía social ha quedado reflejada en la imagen que adorna el mes de diciembre en el calendario litúrgico de Furio Dionisio Filocalo, donde se aprecian, como motivos evocadores, unos dados en la mesa y una inscripción marginal que reza: «Ahora, esclavo, se te permite jugar con tu señor».

En el año 274 el emperador Aureliano, preocupado por el sincretismo religioso, introdujo el culto siríaco del Sol Invictus, cuyo natalicio se celebraba el 25 de diciembre, cuando el sol, superado el solsticio, recobra su poderío de luz en los días. En él reconocieron casi todas las sectas a su divinidad, especialmente los muchos seguidores de Mitra.

Esta suerte de culto solar, que había estado precedido por las fiestas en honor de Saturno, allanó el camino al Cristianismo no sólo para establecer fecha del nacimiento de Jesucristo, sol de justicia, y también para la celebración de unas fiestas prolongadas en las que, como los romanos de entonces, los cristianos de ahora se afanan en compartir la alegría, aumentar la hacienda y cumplir con los regalos, a la vez que se entregan con desenfreno a … muchas cosas.

He Is Gone Alone

When a dictator, who also inherited the post, died in his bed (or well staffed hospital, or in a luxury train car, it does not matter) in the exercise of their functions, something is not working.

When a dictator has appointed his successor among members of their offspring, the future is not too clear to the people of his country.

When the great neighbor of this country keeps the door and windows, I have no doubt, definitely the country is drowning.

Indeed, the country is North Korea, the late dictator, Kim Jong Il, the heir successor, his son, the big neighbor, China.

Kim Jong Il did not leave voluntarily obviously, and no one could throw away. Undoubtedly, this strange dictatorship will lengthen, at least until the third generation.

Is it true that someone who will not throw it, can return without being asked?

Hopefully everything will change. Someday…

El Que Se Va Sin Que Lo Echen…

Cuando un dictador -aunque lo elijan las urnas, fallece en su cama (o en un hospital tanto da) en el ejercicio de sus funciones, via tuit o semejante, algo no está funcionando bien en ese país..

Cuando un dictador ha designado sucesor, el futuro no está demasiado claro para el pueblo. Tiende a la eternidad.

Cuando el heredero cierra puerta y ventanas, definitivamente el país se ahoga.

El dictador fallecido, Chaves; el sucesor heredero, Maduro.

Ni se fue, ni pudieron echarle. Parece que la dictadura extraña va a perpetuarse en segunda generación.

Ahora además podemos tener sucursales abiertas en otros lugares, quizá España.

¿Será cierto quien se va sin que lo echen vuelve sin que lo llamen?

 

Derecho… o de lado?

Hace unos días una amiga cercana, instigada por mi, proponía desde una de las plataformas sociales, tan necesarias hoy día, una suerte de debate, esto es, microposts de los interesados, sobre un tema algo extraño: https://plus.google.com/u/0/103284345059607918783/posts/5wkrbG2vwFf.

Obviamente la respuesta tanto en número de personas, como el interés despertado fue pequeño.

Esperar que algo tan ajeno a la vida diaria llame la atención y nos provoque a decir algo más o menos coherente, supongo que puede ser pedir demasiado.

Lo menos importante, obviamente era el tema en sí. Ni siquiera la complejidad del mismo era excesiva. 

En este 2.0 que nos envuelve cualquiera -dicho con todo respeto siempre, pero con todo la mordacidad que me permite un blog- cualquiera, repito, dice lo que piensa, copia y pega, traduce desde el hindi, o como fuera necesario, para decir y estar a la última tratándose de branding, social media, marketing, emarketing, esourcing…, Habréis observado en general, como las titulaciones y grados en empresariales y ciencias micro y macro económicas han aumentado rápidamente y con mucho provecho. Basta mirar el timeline de cualquiera de nosotros en Twitter o Facebook -menciono estas redes porqué no son profesionales-. Y eso está bien. La economia a pequeña y gran escala nos envuelve. Los emprendedores serán los amos del juego.

Sin embargo, esas empresas sobre las que todos hablan, (que tanto provecho proporcionaran y que no serán llevadas a cabo por un porcentaje reseñable de los que opinan sobre asunto) y nosotros mismos como personas estamos inmersos en un mar de otra naturaleza, también en 2.0. Un mar jurídico.

Desde que abrimos una cuenta de email, accedemos a una red social, posteamos en cualquier blog,  etc, estamos suscribiendo contratos, aceptado obligaciones, asumiendo clasulas generales de contratación, aceptando la competencia de tribunales de tal o cual sitio, permitiendo intromisiones en la privacidad (tan de moda hoy como tema), etc.

Sobre eso, poco se escribe, menos se dice. Los comentarios, imprescindibles. Es para especialistas, última excusa.

¿Será que se confían en consultores ‘externos’, que no actúan en redes, ajenos a ellas?. ¿Será que se piensa que el 2.0 no esta reglado?

Las reglas del juego están ahí. Es preferible conocerlas.

La ignorancia de las leyes no exime de su cumplimiento. La ignorancia, tan osada…

Privado… (valor para la marca)

Curioso, en esencia para el mundo anglosajón “Privacy (from Latinprivatus “separated from the rest, deprived of something, esp. office, participation in the government”, from privo “to deprive”) is the ability of an individual or group to seclude themselves or information about themselves and thereby reveal themselves selectively”.

Sin embargo nunca se ha aceptado directamente el término en español, sin perjuicio de que se admita por la RAE como “ámbito de la vida privada que se tiene derecho a proteger de cualquier intromisión” e intimidad se define como “zona espiritual íntima y reservada de una persona o de un grupo, especialmente de una familia“.

Se observa la radical diferencia entre uno y otro concepto. Cada cual que traduzca como quiera.

En Derecho el planteamiento es aún más amplio. Impuesto por la globalización, y el uso de las redes, el ámbito de intimidad al que, teóricamente, cada ciudadano tiene derecho, debe ser primero fijado en tratados internacionales, convenios, después protegido con leyes en diferentes ámbitos territoriales (EEUU, UE, España, etc) y finalmente, sancionado su vulneración con penas, multas para quien lo vulneren.

Es decir, hay que regularlo jurídicamente de manera obligatoria y sancionadora porqué de otra forma no se respeta la privacidad, porqué se violenta.

Curiosamente, sin embargo, la privacidad, además, se ha convertido en un valor en alza y muy apreciado por sus propietarios. En estos días medimos el carácter amigable de una red social u otra por el respeto a la privacidad; una web, una marca que sean cuidadosas en ese difuso ámbito parecen ‘mejores’, y las que no lo hacen -según un criterio estandard por nadie definido- son … malas.

Las leyes obligan a todos, aunque ignoren su contenido -máxima del Derecho de más dificil explicación de lo que parece-, y aunque eso solamente sea la base, nadie va a convencerme que una red social, una web, una marca, etc se ha propuesto respetar la privacidad como ‘motto’, como lema o finalidad. No son mejores que otras porqué respeten -aparentemente- aquello a lo que están obligados.

Sencillamente no tienen otra alternativa legal, y eso sí, pretenden rentabilizarla.